En la actualidad, a la mayoría de las personas ya no nos cuesta hablar en público del sexo y todo lo relacionado con este. Nuestra sociedad ya no tiene empolvada la mente, como sucedía no hace mucho tiempo. Sin embargo, todavía siguen persistiendo temas relacionados con la sexualidad humana que se nos resisten. Me refiero, por ejemplo, a todas aquellas actividades sexuales fetichistas. Como bien sabemos, la sociedad siempre nos ha tratado de imponer lo qué está bien visto y lo que no. Nos ha impuesto cómo deben ser las cosas y de qué podemos hablar en público. Ideologías que han ido trascendiendo de generación en generación.
Afortunadamente, desde hace varias décadas la sociedad ha formalizado más que nunca la sexualidad. Ahora, podemos hablar casi de cualquier tema sexual en público sin cohibirnos. De la misma manera, disponemos de un acceso a contenidos para adultos que más hubieran querido tener nuestros antepasados: películas, videos, chats de sexo online, líneas eróticas… Por no hablar ya de toda la información que tenemos a nuestra disposición respecto a las relaciones sexuales de pareja, la masturbación, los métodos anticonceptivos o las ETS. Dicho esto, en el artículo de hoy vamos a tocar algunos de los tabúes sexuales más comunes en nuestra sociedad.
Desde que el ser humano piso el planeta, hay quienes creen que sin los hombres las mujeres no pueden recibir placer sexual. Por desgracia, todavía en pleno siglo XXI hay muchos lugares donde esta idea sigue persistiendo. En especial, en las sociedades más conservadoras como, por ejemplo, en los países árabes. ¡Qué equivocados están! La mujer -al igual que un hombre- no necesita tener relaciones con otra persona para disfrutar de su sexualidad. Tan solo hace falta echar un vistazo, por ejemplo, a los chats de sexo online para corroborar que esto es cierto. Aquí podemos ver a miles de mujeres gozar como posesas de buenos orgasmos usando nada más que sus benditas manos o algún juguete sexual.
¡Vaya estupidez! Aunque parezca sorprendente, este pensamiento sigue estando vivo en algunos lugares del planeta. Principalmente, en sociedades poco avanzadas como las tribus de africanas. Debemos tener presente que el sexo no implica la definición arcaica de hombre, mujer y penetración. El sexo es mucho más: masturbación, caricias, besos, imaginación… Además, en el caso de las mujeres lesbianas, estás pueden tener una penetración vaginal o anal normal. Gracias a los juguetes eróticos las mujeres pueden tener orgasmos vaginales y de clítoris sin tener encuentros sexuales con los hombres.
Quizás, se trate del tabú más común en la actualidad, tanto en las sociedades más abiertas como en las más conservadoras. Al menos, entre los vulgarmente denominados “machos alfas”, el sexo anal rotundamente no existe. Es triste que, por este tipo de comentarios, por las ideas empolvadas y los malos chistes de personas cerradas, la gente no se anime a experimentar nuevas experiencias sexuales.
Recordemos que los hombres tienen en esta zona de su cuerpo la próstata. Un área por donde pasan miles de terminaciones nerviosas. Por ello, aunque algunos no quieran admitirlo, al estimular esta zona, siente mucho placer. Si bien es cierto que cada vez más hombres saben sobre este tema, todavía la mayoría se siente cohibidos por el qué dirán y no lo hacen.
Las mujeres también consumen a diario contenidos en sitios de videos XXX o chats de sexo en online. Es cierto que en menor cantidad, pero páginas como Pornhub o Redtube reciben cada día la visita de miles de mujeres. La pornografía, aunque en su mayoría está enfocada en el sexo masculino, no es algo exclusivo de los hombres. Hay mujeres que disfrutan masturbándose mientras ven pornografía heterosexual, lésbica o bisexual. ¡Cómo sucede con el sexo opuesto! No obstante, ellas, por norma general, prefieren contenidos para adultos en los que primen las emociones en lugar del sexo.
Este tema lleva generando polémica desde que la humanidad hace uso de la razón. Por una parte, hay quienes están firmes en esta idea, pero, por otra, hay muchas personas que sostienen que esto no es determinante. Si bien los hombres sienten que necesitan tener un miembro de gran tamaño, para ellas no es algo decisivo. Esto sucede por la propia percepción que tiene el sexo masculino a la hora de ver el sexo. Para ellos unos pechos grandes, por ejemplo, representan una “cubana” mejor hecha. Sin embargo, si la mujer no sabe moverse, de nada le servirán los pechos grandes. Hay chicas con una talla pequeña de busto que se mueven mejor y, por tanto, causan más placer.
A lo que vamos, para algunas chicas puede ser importante el tamaño del pene, pero para otras no. Al fin y al cabo, son solo los primeros centímetros de la vagina en los que la mujer siente placer. Además, el tamaño de medio del órgano reproductor femenino es de unos 12 a 16 centímetros sin dilatación. Por otra parte, un pene demasiado grande no sirve de nada si el chico no sabe cómo utilizarlo. En definitiva, el placer no tiene por qué determinarlo el tamaño del peso. En realidad, se trata de saber usarlo, de los gustos de cada persona, etc, etc. Así que ya sabes, expande tu mente, estudia, no te cierres a una única cosa, infórmate en Internet, en los chats de sexo online…