El pasado viernes 14 de octubre, la mítica Kay Parker fallecía a la edad de 78 años. Parker, oriunda de Birmingham (Reino Unido), fue una de las estrellas más populares del cine adulto durante los años setenta y ochenta del pasado siglo. Su carrera como actriz porno se prolongó desde 1977 hasta 1989. La cúspide de su carrera se produjo con la película Taboo (1980), donde la pornografía abordaba por primera vez el tema del incesto. Desde entonces, Parker había aparecido de manera ocasional en varias películas y programas de televisión de carácter convencional. En la base de datos de la actriz pornográfica (IAFD) la audiencia puede encontrar más de cien películas protagonizadas por Parker. La mayoría de estos créditos se encuentran en la categoría de “Edad de oro del porno” como por ejemplo Taboo, Sex World, Dracula Sucks o Chorus Call. Producciones que dejaron una gran huella en la industria durante los años setenta y ochenta, y en las que Kay Parker tuvo un papel protagonista.
El fallecimiento de Parker ha causado un gran pesar en todo el gremio. Nada más conocerse la noticia, el archivo británico más importante del porno, The Rialto Report, hizo pública una reciente entrevista con la difunta estrella. Kay Parker comenzó su andadura en el cine para adultos gracias a su amistad con el mítico actor porno norteamericano John Leslie. La británica es ampliamente considerada como una de las intérpretes europeas más importantes de la historia. Parker fue una de las pocas actrices que supo adaptarse a los avances tecnológicos y a la evolución el cine para adultos. De hecho, es reconocida por ser una de las pocas intérpretes que sobrevivió a la transición del cine a los vídeos VHS. Durante los ochenta, una veterana Parker, logro competir durante un tiempo con estrellas emergentes como Traci Lords. Finalmente, abandono la industria en 1989 para trabajar como consejera espiritual.
Según Ashley West de Rialto Report, Parker era una mujer muy cariñosa, educada, trabajadora y divertida. «Tenía una personalidad muy gentil. Por muy complicadas que se pusieran las cosas siempre conseguía hacernos ver las cosas de otro modo. Era una mujer que apoyaba a todos los de su alrededor sin esperar nada a cambio. A pesar de ser una estrella muy ocupada con su profesión, siempre sacaba tiempo para hablar con cariño a todos», sostiene West. De hecho, la revista XBIZ manifestó en 2015 que la actriz había donado parte de sus fondos provenientes del Fondo de Apreciación de la Edad de Oro, para recaudar dinero para los artistas veteranos que se encontraban en situación de necesidad. Pese haber pasado tres décadas desde su retiro, Kay Parker todavía era muy popular entre los más veteranos del cine para adultos. Sin ir más lejos, uno de los distribuidores de XBIZ presento en 2007 una recopilación con los mejores archivos de las películas protagonizadas por Parker. El título de esta recopilación se llamó Lo mejor de Kay Parker, y tuvo un éxito inesperado entre la audiencia.
Kay Rebecca Taylor es el nombre que se esconde bajo el seudónimo de Kay Parker. Parker nació un caluroso día 28 de agosto de 1944 en Birmingham (Reino Unido). La británica es uno de las mujeres que más huella ha dejado a su paso por la pornografía. No en vano, es miembro desde hace décadas de los salones de la fama de AVN y XRCO. Kay Parker es una de las pioneras dentro del cine para adultos. Una mujer con buen semblante que encajo perfectamente en la denominada “Edad de oro del porno” (1968-1988). Ella fue una de las artífices del inmenso crecimiento que experimento este sector durante los años setenta, pese a la censura imperante por aquellos años en muchos lugares.
Como ya se ha indicado, Parker entro en 1977 en el cine para adultos. Algo bastante extraño en este sector, puesto que la interprete ya superaba la treintena. A modo de comparación, Linda Lovelance, famosa por protagonizar Garganta Profunda, comenzó su carrera a la edad de 20 años. Pese a su llegada un tanto tardía, Parker consiguió una carrera de éxito como actriz porno. Su primera película de renombre fue V: The Hot One (1978), donde asumía el papel de una madurita dispuesta a satisfacer los impulsos sexuales de los más jovencitos del reparto. Un rol que repetiría hasta su retiro en 1989, tras más de 100 películas. Pero, sin duda, fue la película Taboo (1980) la que hizo a esta británica inmortal en la historia del cine para adultos. Un título que, como veremos más adelante, dejo una gran huella en el público al tratar el incesto.
Kay Parker dejo su carrera justo cuando las cinematográficas cambiaban su modelo de negocio. Hacia finales de los ochenta, con la llegada del VHS, la mayoría de las productoras tomaron la decisión de trabajar en un producto más sencillo, dejando atrás toda la parafernalia de la cinematografía en el porno. En el año 2001, la británica público su autobiografía, en donde relataba su infancia, su carrera en el porno y su trabajo como consejera metafísica. Hasta la fecha, la célebre estrella seguía dando consejos espirituales en su canal de Youtube: Kay Taylon.
La película que encumbro para siempre a Kay Parker fue Taboo de 1980. Helene Terrie y el mítico Kirky Stevens fueron quienes produjeron y editaron uno de los filmes más icónicos de toda la historia del cine pornográfico. De hecho, Taboo tuvo tanto éxito que fue artífice de una saga de 23 episodios con gran acogida entre el público hasta el año 2007.
La cinta trata sobre las dificultades a las que una madre tiene que hacer frente tras el repentino abandono de su esposo. Kay Parker interpreta en esta historia a Bárbara Scott, una mujer que, tras ser abandona por su marido, trata de buscar trabajo sin demasiado éxito para sacar adelante a su hijo Paul. Con el paso del tiempo, Bárbara se encuentra sola y sin nadie que la ayude hasta que aparece la figura de Gina (interpretada por la actriz porno Juliet Anderson). Gina, al ver que su nueva amiga está triste, decide buscarle una cita con un amigo cercano. El amigo de Gina resulta tener impulsos sexuales poco convencionales, ya que invita a esta a una fiesta de intercambio de parejas.
Por otra parte, su hijo Paul comienza a mostrar signos evidentes de adicción al sexo con su novia. En vísperas de acudir a la fiesta swinger con el amigo de su madre, Paul empieza a tener deseos sexuales con su madre tras pillarla desnuda de improviso. La cita de Bárbara resulta ser un fracaso, pero lo que vio en la fiesta swinger provoca que ella también tenga deseos incestuosos con su hijo Paul. Finalmente, ambos mantienen relaciones sexuales. Arrepentida y sin saber qué hacer, Bárbara pide ayuda a un viejo amigo del trabajo, Jerry, quien le da apoyo emocional y compañía. La película termina con Bárbara logrando sus objetivos profesionales y emocionales, pero sin cerrar por completo la pasión que existe entre su hijo y ella.